lunes, 21 de noviembre de 2011

LES FEUILLES MORTES

 
 
Después del árbol que vino de Oriente, cuyas hojas se tintan de ese amarillo luminoso. Los nuestros, los de toda nuestra vida, se tornan dorados y sus hojas se mecen con la brisa hasta que el viento o el agua las arrastra. Ha llegado el invierno, sí, pero que nuestros recuerdos, los bellos recuerdos, no se los lleve la noche fría del olvido al igual que decía aquella bella canción francesa:
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
les souvenirs et les regrets aussi
et le vent du nord les emporte
dans la nuit froide de l'oubli.
Sí, esto decía la música inolvidable de “Las hojas muertas”, cuya melodía debería sentirse al leer estas líneas, pero que prefiero que cada cual la recuerde y la escuche en su mente como un fondo silencioso que evoque sus propios recuerdos.

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